El traje de los domingos

Es una costumbre que hecho de menos en esta sociedad del siglo XXI. Antes existía esa ropa que sólo se ponía los domingos o en alguna festividad. Ropa que no se podía estrenar antes de que fuese domingo. Llegado ese día se vestía uno todo guapo, iba a misa y después a tomar el vermú (los niños más osados pedían un mosto que era halagado como si estuviesen tomando un blanco) un paseo y a casa a comer. Donde se disfrutaba de otro momento memorable, quitarse el traje de los domingos.

En la actualidad esta práctica se ha sustituido por el chandal, esa prenda diseñada para hacer deporte y que ha ido ganando terreno en otras actividades cotidianas. La gente se pone el chandal y cree que con ese sencillo acto ya está haciendo deporte. Los domingos por la mañana es la prenda más vista en panaderías y quioscos. Con razón los de ECI optaron por un anuncio en el que Sylvester Stallone hacía deporte con un traje, haber si con esas eran capaces de vender trajes de los domingos.

Pero este hecho no queda relegado a lo meramente anecdótico, ha llegado a tal punto esta dejadez en la vestimenta que ya acuden con cualquier trapo a actos solemnes. No se me malinterprete, el traje de chaqueta no es el único vestuario correcto; éste consiste en la vestimenta que mejor exprese la deferencia, el respeto y la gratitud hacia los homenajeados, anfitriones o partícipes del evento.

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