sábado, 19 de enero de 2008

El Síndrome Moruca

Este tipo de conducta consiste en realizar actos por imitación del grupo sin saber exactamente en qué consisten ni para qué se realizan. Su nombre se debe a una cabra que se llamaba Moruca. Cuando era una cabrita de un año la compramos en la feria de Todos Los Santos en Arredondo. Nunca había visto la luz del día y mucho menos conocía el monte. Desde que nació había estado encerrada en la cabaña con lo que estaban afectados su vista (temimos que se quedara ciega), su caminar y sus conocimientos de cabra. Era lo que se conoce como una cabra casera. La primera tarde que pasó en la finca no se despegaba de uno. Cuando ya comenzó a relacionarse con el resto del bando sucedió lo que he venido a llamar el Síndrome Moruca.

La cabrita se puso a comer helechos (para los neófitos en cuanto a alimentación caprina les diré que las cabras no comen helechos), nosotros alucinábamos “¡una cabra que come helechos!” menudo negocio más bueno. Pero el hecho era que la Moruca no comía helechos porque le gustaran sino porque veía comer a las demás cabras unas ramas verdes y ella, por imitación, se puso a comer lo más parecido que tenía a mano. Pasados los días cuando ya supo distinguir lo que era comida de lo que no, no volvió a comer helechos.

Lo mismo sucede con algunos individuos, que realizan actos por imitación al grupo sin saber realmente en qué consisten. No seamos masa, seamos personas con espíritu crítico a los que no les valga un porque sí y que cultiven la voluntad propia. Si una cabrita pudo aprender a discernir entre lo comestible y lo que no lo es, con más razón lo puede hacer un ser humano.

No hay comentarios: