viernes, 6 de marzo de 2009

A ocho mil kilómetros

A ocho mil kilómetros de tu boca, los besos saben a esperanza;
a ocho mil kilómetros de tu boca, la voz transporta sentimiento;
a ocho mil kilómetros de tu boca, su imagen evoca el recuerdo.

¿Y qué hago aquí si no te tengo? Vivir el sueño realizable en el tiempo;
¿y qué hago aquí escribiendo? Plasmar con palabras mi anhelo;
¿y qué hago aquí pensando? Preparar el camino que me lleve a tu encuentro.



Cierro los ojos y veo tu boca
esos labios y, a mi, me provoca.

A ocho mil kilómetros
que suponen ocho mil vivencias;
a ocho mil kilómetros
que suponen ocho mil encuentros;
a ocho mil kilómetros
que suponen ocho mil teamos;
a ocho mil kilómetros...

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