Y me dirán ¡pero si es Donostia-San Sebastián! Claro que sí. Hace muchos, muchos años, el río Oria desembocaba en la bahía de la Concha y, por alteración humana, se cambió su curso para que enriqueciese las aguas de Orio, y con ello, sus tan preciadas angulas.
Nos aguarda una primavera con vientos dominantes del noreste (como dice el refrán: viento solano malo en invierno, peor en verano) y con ello de temperaturas suaves en las horas centrales del día, heladas matinales, con brumas en la costa y efecto croqueta en algunas playas. Así que el paseillo con la chaqueta será una tónica habitual en las calles y no es de extrañar que contemos con un par de nevadas en las altas cumbres en este trimestre. La pluviosidad primaveral será más bien pobre y, por tanto, las praderías se verán resentidas.
La embalses guipuzcoanos se encuentran llenos de agua, todos menos uno, el de Baliarrain de nueva construcción y que ha desaprovechado las copiosas precipitaciones del invierno por falta de un tapón de corcho para que no se escapase el agua.
Nos aguarda una primavera con vientos dominantes del noreste (como dice el refrán: viento solano malo en invierno, peor en verano) y con ello de temperaturas suaves en las horas centrales del día, heladas matinales, con brumas en la costa y efecto croqueta en algunas playas. Así que el paseillo con la chaqueta será una tónica habitual en las calles y no es de extrañar que contemos con un par de nevadas en las altas cumbres en este trimestre. La pluviosidad primaveral será más bien pobre y, por tanto, las praderías se verán resentidas.
La embalses guipuzcoanos se encuentran llenos de agua, todos menos uno, el de Baliarrain de nueva construcción y que ha desaprovechado las copiosas precipitaciones del invierno por falta de un tapón de corcho para que no se escapase el agua.
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