Un intenso azul en el cielo presagiaba una jornada intensa y cargada de carácter Montañés. El sábado 25 de octubre disfrutamos en la villa de Liérganes de un acto que está llamado a convertirse en una fecha marcada en el calendario. Preludio de las últimas ferias de año y reclamo para las venideras.
En la campa de Las Hoyas, situada entre la estación y el río Miera; se congregaron 1.200 cabezas de ganado (vacuno, caprino, caballar y ovino) todas ellas de ganaderos pertenecientes a los municipios de Liérganes y Pámanes, superando con creces las 800 de la primera edición. La jornada estuvo amenizada por los piteros de Barreda.
En la calle que daba acceso al recinto se apostaron diferentes puestos de venta, tanto de productos típicos como de textil, mención especial merecen los habituales suministradores de accesorios para los ganaderos (guarnicioneros, campaneros, artesanos...) que sólo se dejan ver en aquellas ferias de relevancia.
Lo bonito de estos encuentros es poder disfrutar de la llegada de las diferentes cabañas, sus orgullosos ganaderos abriendo el paso y el tañir de los campanos y campanillas de exposición. Porque es un día de fiesta y todos se ponen sus mejores galas para mostrar su esfuerzo y su trabajo.
Según el Sol iba haciendo acto de presencia y superaba las montañas colindantes creando su juego de luces y sombras iban accediendo al recinto los diferentes grupos. A nuestra llegada ya se encontraba una cabaña de vacas de raza Limousin, donde destacamos el novillo y este hermoso ejemplar de vaca.
En el centro de la campa se dispusieron los rebaños de ovejas y los bandos de cabras, en este último grupo destacó sobremanera una cabaña de Rubalcaba, con ganado joven de excelente calidad y clase.
A media mañana, los ganaderos y sus familiares disfrutaron de un rico almuerzo, un gesto para premiar el esfuerzo de asistir al acto. Aparte de las viandas, también se repartieron premios a las cabañas más destacadas.
A este evento también se sumaron la asociación de carreteros de Cantabria que con sus brillantes y cuidados carros y calesas pusieron el toque de distinción. Se puede apreciar en las imágenes la alegría y el buen paso que llevaban.
Pero el acto central de este encuentro comenzó a eso de las doce y media del mediodía. Los hermanos Morante bajaron con la mitad de su cabaña Tudanca y una selección de sus mejores yeguas a las que acompañaba un grandioso semental.
Esta familia, originaria de Polaciones (sí, el pueblo de Miguel Ángel Revilla) da un trato especial a esta raza autóctona de Cantabria. Llamará la atención de los neófitos la impresionante cornamenta que lucen los ejemplares de esta raza pero podemos asegurar que nos encontramos ante unos animales nobles y tranquilos. Esta característica la pudimos comprobar cuando, una vez dentro de la parcela designada para ellas nos adentramos entre la manada y ninguno de los animales hizo ademán de recelo ni de agresividad y eso que alguna vaca estaba a toro y había nada menos que tres buenos ejemplares, dos novillos y un añojo. Esto ocurrió por dos razones, la primera que hay que saber andar entre el ganado y la segunda que sus cuidadores son de postín ya que las miman con cuidado, con este tipo de trato se consigue ganado sano y tranquilo ya que redunda en la seguridad y en el buen crecimiento de los animales.
Como broche a esta entrada os presentamos el vídeo que grabamos del desfile de las Tudancas de los hermanos Morante a su llegada al ferial. Os recomendamos subir el volumen para apreciar la musicalidad de los campanos que portan las vacas que ya desde lejos nos anunciaban su llegada. Un preludio de postín para las venideras pasás (ayer en Ruente) y la más conocida de Carmona.
En la campa de Las Hoyas, situada entre la estación y el río Miera; se congregaron 1.200 cabezas de ganado (vacuno, caprino, caballar y ovino) todas ellas de ganaderos pertenecientes a los municipios de Liérganes y Pámanes, superando con creces las 800 de la primera edición. La jornada estuvo amenizada por los piteros de Barreda.
En la calle que daba acceso al recinto se apostaron diferentes puestos de venta, tanto de productos típicos como de textil, mención especial merecen los habituales suministradores de accesorios para los ganaderos (guarnicioneros, campaneros, artesanos...) que sólo se dejan ver en aquellas ferias de relevancia.
Lo bonito de estos encuentros es poder disfrutar de la llegada de las diferentes cabañas, sus orgullosos ganaderos abriendo el paso y el tañir de los campanos y campanillas de exposición. Porque es un día de fiesta y todos se ponen sus mejores galas para mostrar su esfuerzo y su trabajo.
Según el Sol iba haciendo acto de presencia y superaba las montañas colindantes creando su juego de luces y sombras iban accediendo al recinto los diferentes grupos. A nuestra llegada ya se encontraba una cabaña de vacas de raza Limousin, donde destacamos el novillo y este hermoso ejemplar de vaca.
En el centro de la campa se dispusieron los rebaños de ovejas y los bandos de cabras, en este último grupo destacó sobremanera una cabaña de Rubalcaba, con ganado joven de excelente calidad y clase.
A media mañana, los ganaderos y sus familiares disfrutaron de un rico almuerzo, un gesto para premiar el esfuerzo de asistir al acto. Aparte de las viandas, también se repartieron premios a las cabañas más destacadas.
A este evento también se sumaron la asociación de carreteros de Cantabria que con sus brillantes y cuidados carros y calesas pusieron el toque de distinción. Se puede apreciar en las imágenes la alegría y el buen paso que llevaban.
Pero el acto central de este encuentro comenzó a eso de las doce y media del mediodía. Los hermanos Morante bajaron con la mitad de su cabaña Tudanca y una selección de sus mejores yeguas a las que acompañaba un grandioso semental.
Esta familia, originaria de Polaciones (sí, el pueblo de Miguel Ángel Revilla) da un trato especial a esta raza autóctona de Cantabria. Llamará la atención de los neófitos la impresionante cornamenta que lucen los ejemplares de esta raza pero podemos asegurar que nos encontramos ante unos animales nobles y tranquilos. Esta característica la pudimos comprobar cuando, una vez dentro de la parcela designada para ellas nos adentramos entre la manada y ninguno de los animales hizo ademán de recelo ni de agresividad y eso que alguna vaca estaba a toro y había nada menos que tres buenos ejemplares, dos novillos y un añojo. Esto ocurrió por dos razones, la primera que hay que saber andar entre el ganado y la segunda que sus cuidadores son de postín ya que las miman con cuidado, con este tipo de trato se consigue ganado sano y tranquilo ya que redunda en la seguridad y en el buen crecimiento de los animales.
Como broche a esta entrada os presentamos el vídeo que grabamos del desfile de las Tudancas de los hermanos Morante a su llegada al ferial. Os recomendamos subir el volumen para apreciar la musicalidad de los campanos que portan las vacas que ya desde lejos nos anunciaban su llegada. Un preludio de postín para las venideras pasás (ayer en Ruente) y la más conocida de Carmona.
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