Jerez, la traca

Felicidades a todos los agraciados. Ya el sábado, Colin Edwards, nos auguró el gran domingo de carreras que nos esperaba. La maestría con la que levantó la moto del suelo con la ayuda de su codo para evitar la caída fue de genio.



Cuando a Dani Pedrosa le funcionan las cosas gana carreras así, en solitario. Lo que prometía ser un gran premio apretado se transformó en una carrera de las de antes. Hubo lucha por ganar posiciones pero la destinada a lo más alto del cajón ya tenía nombre. Lorenzo confirma que no es algo fugaz su comienzo de temporada. Rossi tiene hambre de victoria y ya no se pelea con su moto. Nicky logró un meritorio cuarto puesto del que debería disfrutar ya que me parece que no va a poder gozar de muchas alegrías. Stoner decía que este circuito no le gustaba, lo que le pasa es que es muy difícil hacerse a la idea de que no lo va a tener tan fácil esta temporada.

Mika Kalio se encontró con una victoria inesperada en 250 y a Pasini le acompañó la suerte ya que el podio lo tenía casi imposible. El strike que se marcaron Marco Simoncelli y Álvaro Bautista les privó a ambos de, no solo ganar la carrera sino de puntuar. Nunca había visto así a Ernest Riveras, le pudo la emoción del momento y el hecho de que fuera Super Pipo el que arrollase (sin poder evitarlo) a Bautista. No se puede ahora imaginar qué hubiesen dicho si la acción hubiera sido al revés. De agradecer la sinceridad de Bautista que cuando llegó a su Box le dijo a Aspar que la culpa había sido suya, que tuvo un problema en su moto.

Promete el mundial de este año, lástima que la categoría que tantos buenos ratos y tantos madrugones me ha causado esté en horas bajas. Espero poder contar alguna buena carrera del octavo de litro otro día. Aunque sea del CEV.