Ideas cautivas que no verán la luz, aforismos de teclado que no formarán parte de camisetas subversivas. Letras ordenadas como niños a la entrada del colegio.
Mausoleo de tertulias, de pensamientos encontrados, de ilusiones y de sueños. Un lugar de conocimiento, de verdades autocensuradas; surgido de la pereza, el desaliento, la cobardía o el arrepentimiento de autores desconsiderados que promocionan algunas de sus creaciones y destierran a otras.
Desterrados que algún día se alzarán y harán visible su presencia. Porque el mausoleo crece y evoluciona, ya no es ese lugar de lamento y desconsuelo. A él llegaron palabras de ánimo, que ahora reciben a los nuevos integrantes. A él llegaron revolucionarios que claman en mayúsculas por la sublevación. A él llegaron ciencia y tecnología, que se pusieron a trabajar para idear la forma de salir del ostracismo. A él llegó el humanismo, que le confiere un sentido a su existencia. A él llegaron los errores, que controlan que todo salga bien.
Su hora está cerca, se están organizando. Pronto saldrán a la luz. Son poderosos porque conocen nuestros secretos, conocen nuestros pensamientos, conocen nuestra historia. Posiblemente lleguen en pequeños grupos, invadiendo espacios ya existentes. Quizá creen su propia plataforma de difusión y no nos percatemos de que los mensajes que leamos sean una creación de los habitantes del mausoleo de los post nunca publicados.
A lo mejor son ellos los impulsores del copyleft, a lo mejor son ellos los impulsores del desarrollo sostenible, a lo mejor son ellos los del software libre, a lo mejor son ellos los de la Web 2.0, a lo mejor este post es obra de ellos, a lo mejor [...]
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