Aquello que aprendimos de Epi y Blas...(V)

Ya se acerca la navidad y con ello también las cenas de fin de año, Santo Tomás, la Lotería, Olentzero, las compras, la familia (que vuelve a casa por Navidad), las 12 uvas (yo prefiero los ositos de goma), cotillones,[...].

Bien, esta es mi guía útil para sobrellevar estas fechas y no sucumbir en el intento.


Las cenas de Fin de Año: eventos organizados con pretextos varios. ¿Cómo debe uno organizar su agenda para asistir a todas? Estas cenas deben clasificarse por el grado de interés que nos reportan las mismas. Primero colocaremos las que tengan VAN positivo y si sufrimos de restricción presupuestaria, pues sólo acudiremos a las mejor clasificadas.

Intereses por los que uno acude a estos eventos: porque lo dice el jefe, porque se trata del cliente más importante, por que realmente se conmemora el final de un ciclo, porque tu mujer quiere ir, porque crees que puedes pillar cacho, porque no tienes nada mejor que hacer, porque te homenajean o porque es gratis. Si alguna de las que te han ofertado no la puedes incluir entre ninguno de estos apartados, deséchala.

Santo Tomás: última feria de año. Además de eso una de las mejores vísperas para salir de marcha, aprovecho para informaros que esa noche en la discoteca ubicada sobre la playa de la Concha habrá una sesión de Funky & Soul a cargo de Dj Alex del Toro. Datos a tener en cuenta: cuidado con acercarse al Paseo Nuevo si hay oleaje, recordar que hay que aguantar hasta bien entrada la mañana para pasarse a comer unos pintxos de txistorra regados con buena sidra, disfrutar pero sin exagerar que aún quedan muchos días por delante, si lográis superar con éxito esta jornada será señal de que estáis en forma.

La Lotería: un gran invento del Ministerio de Hacienda para recaudar impuestos. Es costumbre regalar participaciones, comprar participaciones, hacer pedidos para que nos traigan participaciones a los amigos/familiares que se desplazan lejos (por si toca). Y en qué se participa -desde luego que de una suculenta saca de billetes de Euros no- en ilusión. Eso es lo que se regala/compra. Por tanto, no os empeñéis en comprar números y números pensando en haceros ricos. Regalar ilusión y si encontráis una manera más barata de hacerlo pues mejor.

Olentzero: Como es costumbre nos despiertan el 24 de diciembre los cánticos de los niños y mayores que con su alegría anuncian la llegada del Niño Dios precediendo al Olentzero (gentil carbonero oriundo del norte de Navarra que decidió reciclar su negocio y sustituir el carbón por los regalos navideños, que dejan más margen y contaminan menos) que llegará a todas las casas en la madrugada del 25. Ya esta bien, que algunos queremos dormir; después del 21, de las cenas de fin de año, de la hipotética fiesta del Gordo de Navidad se necesita descansar algún día. Que podemos hacer para no escuchar el "Ator, ator, mutil etxera...": desconectemos el timbre, cerremos puertas y ventanas, digamos a nuestros vecinos que nos vamos a pasar la Noche Buena a casa de unos parientes, cosas así.

Las compras: lo mejor, delegar este engorroso trámite en otras personas. Creemos puestos de trabajo. ¿No pagamos ya por servicios que no nos prestan? Hagámoslo por uno que sí nos resultará útil. Además, para encontrarnos luego ante regalados de este tipo. Deleguemos.

La familia: hay una frase que dice "¿Qué tal las navidades, bien o en familia?" Para evitar malos rollos lo mejor es tomárselo de manera estoica. Buena botellita de licor y listo. Nunca entréis en conversaciones comprometidas, hablar de temas banales. Como por ejemplo, sobre la comida (bueno mejor eso no), sobre la Real (eso tampoco), sobre la reproducción en cautividad del Lince Ibérico (vaya rollo) [...] Lo mejor es hablar sobre tiempos pasados y anécdotas felices que todas las familias en mayor o menor medida las habrán tenido.

Otro aspecto conflictivo es dónde pasamos Noche Buena con tu familia o con la mía. Para este no tengo solución (It´s up to you).

Reflexiones: son unas fechas que hay que pasar todos los años (como los catarros), no os hagáis grandes ilusiones con las mismas (el grado de satisfacción es inversamente proporcional a la ilusión previa generada), el tiempo no entiende de calendarios y la vida continúa después de estas fiestas (donde la dejamos), y por último añoro la presencia de mis seres queridos.