El delfín de una organización es siempre el designado como sucesor. Se le atribuye ese apelativo al infantable de todo proceso de cambio, designado por las más altas esferas. Parece ser que este apelativo se acuña desde que fuera el apodo que recibió Luis de Francia, quien fuera primogénito y sucesor al trono de Luis XIV. Luis de Francia recibió al nacer el apodo de "gran defín", siendo el primero en la línea sucesoria al trono francés.
Por eso, como delfín Digital que soy, he decidido instaurar este premio, que con carácter trienal se proclamará. Dirigido a personas de gran proyección y que ya han demostrado su valía. En esta su primera edición se han tenido en cuenta las siguientes cualidades: humanismo, creatividad, carácter emprendedor, juventud, polivalencia, entrega, compromiso, responsabilidad social y aportaciones a la sociedad.
Por su capacidad de aglutinar esfuerzos y voluntades, por ser un líder por aclamación popular, por su don de gentes, por su capacidad de diseccionar los diferentes human behavior y plasmarlos en sus categorizaciones, clasificaciones y demás apartados; por crear nuevos términos y que estos sean asimilados por el público, por su buen gusto culinario, por sus balompédicas exhibiciones, por su capacidad de adaptación al medio (incluso baila), por ser de Eibar, por ser un Innovander, por formar parte de una incubadora de empresas, porque con su insultante juventud es capaz de arrancar grandes ovaciones de veteranos empresarios, por ser la imagen de la ESTE, por sus contribuciones al mundo para que sea mejor, por su espíritu aventurero, porque sabe decir la palabra necesaria en el momento adecuado, por tener una legión de seguidores en su El que ríe último... piensa más lento, por ser inspiración y ejemplo de futuras generaciones. Por todo esto y porque así lo estimo oportuno.
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