domingo, 13 de abril de 2008

Carriles ciclo-peatonales

El pasado miércoles 9 de abril, dentro de las conferencias del Foro Humanidades Gipuzkoa XXI, tuve la oportunidad de escuchar a Carlos Ormazabal responsable del departamento de desarrollo sostenible de la diputación foral de Gipuzkoa.

Entre sus competencias se encuentra la de fomentar la movilidad sostenible. Una de las medidas ha sido dotar a Gipuzkoa de un amplia red de carriles bici (más de 300 km de los que en la actualidad se encuentran en funcionamiento 106 km -interurbanos- y otros tantos se hayan muy cerca de la culminación de sus obras). Es de agradecer el esfuerzo económico que desde la diputación se está realizando para tal labor ya que debido a la orografía de este territorio histórico el km viene a costar unos 300.000 €.

En Euskadi se comenzó a conocer el carril bici con el nombre de bidegorri (por ser el rojo el color que definía a su asfalto). Los carriles bici en su origen fueron para uso exclusivo de las bicicletas, medida esta que pretendía sacar de la calzada a estos practicantes en un intento de evitar posibles accidentes con los vehículos motorizados.

La aparición de variantes, autovías y demás carreteras interurbanas ha propiciado la disminución de tráfico motorizado por las carreteras provinciales. Este hecho unido al ímpetu de la medicina familiar por motivar a que la gente camine, ha transformado las vías interurbanas en zonas de paseo y deporte. Al disponer de zonas separadas de la calzada para poder caminar, estos últimos, han decidido tomarlas para sí; propiciando unos cuantos sustos entre ciclistas y paseantes.

Este hecho ha llevado al departamento de desarrollo sostenible a crear los carriles ciclo-peatonales. Zonas de tránsito compartido y compartimentado para una sana convivencia entre los que utilizan la bicicleta, el skate, los patines como medio de transporte y los que se dedican a pasear, footing o correr. En estos carriles ciclo-peatonales las bicicletas no podrán circular a una velocidad superior a los 20 km/h.

Un bonito ejemplo de carril ciclo-peatonal es el que une la localidad de Alegi con Tolosa.


Discurre paralelo al curso del río Oria y permite acercarse de una a otra población sin correr peligro, pudiendo desechar la ruta que obligaba utilizar la N-I.

Este hecho deja fuera de dichos carriles a los ciclistas, ciclo-deportistas, bikers y demás apasionados de las dos ruedas cuando utilizan este medio como máquina deportiva. Debiendo circular por la calzada, como se ha hecho siempre, respetando las normas de tráfico.

Espero que, como solicité, se haga pública esta característica de los carriles ciclo-peatonales. Al menos por mi parte ya queda reseñada.




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