jueves, 20 de noviembre de 2008

¿Y si no quiero vivir On-line?

Para aquellas personas que no quieren recibir publicidad comercial se inventaron las listas Robinson. Y ahora que está tan de moda las comunicaciones On-line ¿qué pasa con aquellas personas que no deseen vivir On-line?

En unos pocos años para cualquier trámite con la administración pública será imprescindible disponer del DNIe. Si no destina personal para ayudar a las personas habituadas a llevar una vida analógica, estas quedarán excluidas engrosando las estadísticas de personas impedidas por culpa de una barrera (en este caso la barrera digital).

Por otro lado tenemos a los que deseen permanecer en el lado oscuro. Aquellas personas que por convicciones o por hábito decidan vivir como en el siglo XX. Sin tarjetas magnéticas (de crédito, de afinnity, llave...), sin celular (y sus derivados como los work&fun), sin Internet (que no los etiqueten en fotos, eventos, reseñas...)

Quizá se les lleve a una reserva (en la península Ibérica hay muchas zonas despobladas que se podrían repoblar con esta gente) donde los On-line les visiten como si de un parque temático se tratara y les contasen a sus hijos que así era el mundo antes de MS. Y compren souvenirs, y coman comida típica y se alojen en Resorts pintorescos que carezcan de Wi-Max.

Aunque quizá, cuando se les advierta que no podrán tomar fotos, ni grabar videos, ni twittear su experiencia y mucho menos postearla o crear un grupo, que todos sus cacharros les serán inservibles en su estancia, quizá decidan seguir con sus vidas y pasar de una visita tan arcáica.

Precaución señores, que la ciencia va siempre un paso por delante. No seamos galgos de canódromo y detengámonos un instante a reflexionar.

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